El estudio anual de 2024, Monomarentalidad Migrada desde una perspectiva interseccional II, ha pretendido aproximarse a la violencia Institucional que reciben y perciben las monomarentalidades migradas
En 2019 la federación puso en marcha el Área de estudios, cuyo objetivo es la investigación, el análisis y la elaboración de informes e investigaciones que ayuden a identificar y visibilizar las diferentes discriminaciones que sufren las mujeres que encabezan este modelo familiar – más del 80%, de ahí el término monomarental-, así como sus hijas e hijos, en todos los ámbitos de su vida.
FAMS centró su estudio anual de 2023 en conocer la incidencia con la que estos ejes de desigualdad interfieren en el seno de las familias monomarentales que experimentan un proceso migratorio en nuestro país desde una perspectiva interseccional. Un estudio cualitativo que realizó una aproximación a este grupo de mujeres monomarentales migradas que deambula casi siempre en dinámicas de invisibilización y discriminación, hipótesis que este estudio confirmó ya que dentro de las conclusiones que se obtuvieron se constató que en estos casos la definición de monoparentalidad se vuelve más compleja, identificando la monoparentalidad implícita, aquella difícilmente identificable en la cual la otra persona progenitora, en este caso el padre, posee un reconocimiento legal de su condición como tal pero en la práctica se encuentra ausente bien porque sigue en el país de origen, porque también ha migrado pero a otro país, o bien por separación, recayendo todo el peso de la crianza en la mujer. “La situación de monomarentalidad difícilmente reconocible, junto con el alejamiento que conllevan los procesos migratorios de las redes sociales y familiares del país de origen y la brecha de género en el empleo agravada en estas monomarentales migradas – muy especialmente en aquellas que tienen una situación administrativa irregular, envuelta en precariedad y falta de protección social-, pone en una situación de mayor vulnerabilidad de estas mujeres, que además de la discriminación por ser monomarental, sufren la discriminación correspondiente al machismo, racismo y clasismo existente en la sociedad.” Afirma FAMS.
FAMS, en base a su definición de violencia institucional “aquella que aparece cuando se produce “un daño o prejuicio derivado de la acción u omisión de un acto relevante para la mujer, impidiendo o amenazando, obstaculizando o postergando el acceso a sus derechos, así como el acceso a tales derechos de sus hijas e hijos. Esta violencia es tolerada o ejercida por el Estado, bien mediante una normativa o bien a través de sus agentes institucionales” ha elaborado este estudio, que alerta de la forma y cantidad de violencia institucional ejercida hacia las mujeres migradas monomarentales, así como la percepción de dichas mujeres acerca de ésta.